Redacción. Madrid
El Servicio de Neurología del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla ha adquirido, gracias a las gestiones realizadas directamente por el jefe del Servicio, Guillermo Izquierdo, la única alfombra digitalizada que existe en España capaz de analizar al detalle multitud de variables de la marcha de una persona que se relacionan directamente con la presencia de diversas patologías, como esclerosis múltiple, ataxias, ictus, párkinson, alzheimer o dolor neuropático.
La alfombra, de ocho metros de longitud, tiene miles de sensores que
analizan la forma de andar del paciente.
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Izquierdo ha explicado que esta alfombra, cedida temporalmente por la empresa Gaitrite de Estados Unidos que la comercializa por unos 70.000 euros, dispone a lo largo de sus ocho metros de longitud de miles de sensores que analizan la forma de andar del paciente. “El análisis de la marcha sirve, en general, para ver qué hace mal una persona, donde apoya mal y qué consecuencias puede tener ello en el futuro, fundamentalmente en patologías como la esclerosis múltiple”, ha detallado el especialista.
Además, ha subrayado que la marcha de estas personas “tiene mucho que ver con su función cerebral”, ya que todo lo que afecta al cerebro de una persona “le afecta también a su marcha”. “De ahí que, solo viendo cómo camina una persona, ya se pueda sospechar que existe un problema cerebral sin diagnosticar, dado que a ciertas localizaciones del cerebro les corresponden ciertas alteraciones específicas de la marcha”, ha comentado.
Izquierdo ha detallado que esta alfombra también permite corregir la forma de caminar del paciente de esclerosis múltiple, algo “vital”, puesto que solo el hecho de caminar unos metros “provoca a estos pacientes un gasto energético enorme y, con ello, una enorme fatiga”. “Al hacer mal las cosas se gasta más energía muscular y cerebral, por lo que la mera corrección de la marcha ya es de por sí suficiente para que el enfermo se encuentre mejor”, ha agregado el neurólogo, quien ha dicho que esta mejora “a veces es incluso más útil que darle una medicación”.
Según ha aclarado el neurólogo, hasta ahora el test de los 25 pies se hacía caminando por un pasillo, lo que, comparado con esta alfombra de ocho metros llena de sensores (solo en una porción de 100 centímetros cuadrados existe hasta 2.786 sensores de presión), parece incluso “hasta burdo, puesto que en el pasillo sólo podemos medir el tiempo que tarda en recorrer ese espacio”.
Guillermo Izquierdo.
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La empresa estadounidense ha cedido este analizador de la marcha en respuesta a un trabajo que está desarrollando el equipo médico de Izquierdo para analizar los posibles efectos positivos de un tratamiento farmacológico en el caminar de estos pacientes. En concreto, se trata de ver si el medicamento fampridina, usado en pacientes con esclerosis múltiple, mejora la estabilidad al andar de enfermos con esclerosis múltiple cuando se les hace el test de los 25 pies. “Se analiza desde la forma de pisar, hasta el ritmo y la zancada”, ha detallado.
Esta investigación forma parte de un proyecto de investigación que ya tienen puesto en marcha y del que ya han solicitado una beca a la Junta de Andalucía, que próximamente también pedirán al Instituto de Salud Carlos III de Madrid y a los fondos FIS.
Reeducando al cerebro
Por su parte, Mónica Castillo, de la Unidad de Neurofisioterapia Biofuncional del centro de especialidades Virgen de los Reyes de Sevilla y encargada de analizar todos los parámetros que analiza este andador digital de la marcha, ha señalado que con esta alfombra “se puede reeducar el cerebro para que vuelva a aprender a caminar”. Castillo ha matizado que este dispositivo también se utiliza para el tratamiento de las ataxias, ictus, párkinson y alzheimer y dolor neuropático, entre otras dolencias.
“En base al análisis de la marcha que hace el programa informático de esta alfombra se pueden analizar multitud de parámetros como la longitud, la presión, la calidad de la marcha, si apoya todo el pie o si lo arrastra, ya que este tipo de pacientes se caracteriza por pisar y apoyar con todo el pie, con trayectorias caóticas y pasos asimétricos”, ha comentado.
Castillo ha destacado que la alfombra también sirve para sugerir tratamientos o para modificarlos. “Imaginemos el caso de un paciente con esclerosis lateral amiotrófica (ELA) al que están sometiendo a un tratamiento con células madre. Podemos comprobar si el tratamiento va bien a través de su marcha”. Para ello, ha explicado, “se hacen secuencias semanales. Si no pasa nada o el paciente no mejora en su marcha, la alfombra está diciendo que el tratamiento no es conveniente”. “Esta alfombra es hoy por hoy uno de los métodos más rápidos y fidedignos a nivel mundial para medir la evolución del paciente y tomar decisiones terapéuticas”, ha concluido esta especialista.
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